domingo, 7 de agosto de 2011

Te Regalo lo que me Pidas


  1. Escribe en papel y en orden de importancia, todas las cosas que tú deseas sin importar que tan grande sea.Pues lafuerza que te daré a conocer no tiene límites.
  2. Lee tu lista antes de dormir y cuando te levantes en la mañana.
  3. Constantemente recuerda estos deseos en el transcurso del día y goza imaginándolos, ya que cada vez que lo hagas di esto con entusiasmo y gratitud “Gracias Dios porque has dado la orden que se me sean concedidos”.
  4. No lo comentes con nadie ya que esto disipa toda la fuerza y no veras realizados tus deseos.

Para mayor satisfacción tuya, se esplendido contigo mismo. No digas en tu lista que deseas una casita "Aunque sea pequeña". Pídela del tamaño que te convenga y te agrade plenamente. Si es dinero, menciona la suma, si es trabajo indica que clase, el sueldo al que aspiras, las condiciones y la localidad más conveniente para ti.

En tu primera lista pon cosas sencillas para que te vayas acostumbrando tu mismo a ver caer y ocurrir maravillas, pues como jamás has hecho esto, no vas a creer que sea posible, y esta duda te puede costar el que no veas lo que has pedido. Es natural que te vengan dudas y desconfianzas porque la idea es muy nueva para ti. Pero cuando sientas escepticismo, pesimismo, etc., saca tu lista, reléela y da gracias de nuevo. El dar gracias por lo que aun no se ha visto es la forma más positiva de manifestar la fe. Lo recomendó Jesucristo en varias ocasiones, como tú recordaras notablemente, antes de alimentar a cinco mil personas con 5 peces y 5 panes, cuando miro hacia el cielo y dio las gracias en el momento de partir la primera hogaza de pan.

¡Ah....! Te va a sorprender que cada vez que leas tu lista, vas a tener que tachar algunos de tus puntos porque ya se te habrán realizado. Entonces tendrás que hacerla de nuevo, poniendo otros puntos en los lugares más importantes. No te preocupes esto es natural, a todo el mundo le ocurre. Lo que sucede es que tu Yo Superior te va indicando que muchos de estos deseos están ya al alcance de tu mano mientras que otros no lo están tanto.

¡Ah...! No te pongas a cuestionar respecto a la manera de como se te van a dar, porque esto es contraproducente.

La Gran Fuerza Espiritual esta mas allá de tu compresión humana. Acepta lo que te da con gratitud, no la interrumpas ni la cohíbas, y sobre todo, no se te ocurra pensar o decir, o exclamar cuando veas tus deseos realizados: ¡Como va hacer!, ¡Esto no parece posible! , ¡Nada de eso!. Lo que pasa es que la Gran Fuerza Espiritual (cuyo nombre verdadero es la Ley de Precipitación) es completamente impersonal y coloca sus dones en los lugares más armoniosos y mas naturales, aprovechando los canales ya establecidos en tu propia vida. A ella no le interesa el exhibicionismo ni la sorpresa. Solo cumple su cometido de dar lo que tú pidas en el momento que mejor convenga.

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